Australia aprobó una ley histórica que prohíbe el acceso a las redes sociales a los menores de 16 años, estableciendo un precedente global en los esfuerzos por frenar el poder de las grandes empresas tecnológicas.
La legislación, que fue aprobada el 28 de noviembre por el Senado tras un intenso debate, marca un paso significativo en el control de las plataformas digitales y está programada para entrar en vigor en noviembre de 2025.
La nueva ley, uno de los controles más estrictos en el mundo, exige a las plataformas de redes sociales implementar medidas para verificar la edad de los usuarios y garantizar que los menores no puedan acceder a ellas.
Para hacer cumplir esta norma, el gobierno australiano planea probar un sistema de verificación de edad, que podría incluir tecnologías biométricas o el uso de identificaciones gubernamentales, un proceso que se llevará a cabo durante varios meses y cuyos resultados serán evaluados en 2025.
A pesar de las preocupaciones de gigantes tecnológicos como Google, Meta, TikTok y X (anteriormente Twitter), que han solicitado que la ley se retrase hasta completar las pruebas de verificación, el Senado ha respaldado el proyecto de ley. Las empresas que incumplan la norma podrían enfrentarse a multas de hasta 49.5 millones de dólares australianos (32 millones de dólares).
El primer ministro Anthony Albanese, quien defendió la medida argumentando que las redes sociales presentan riesgos significativos para la salud física y mental de los menores, se ha mostrado decidido a obtener el apoyo de los padres australianos para mejorar la protección de los más jóvenes en línea.
La aprobación de esta ley responde a una creciente preocupación sobre el impacto de las redes sociales en los menores, un debate que ha cobrado mayor relevancia tras la filtración de documentos internos de Meta en 2021, los cuales sugerían que sus productos eran perjudiciales para los usuarios jóvenes.