Silvia Pinal, una de las figuras más emblemáticas del cine y la televisión mexicana, falleció a los 93 años, dejando un legado imborrable en la cultura de México. La actriz, conocida como la “Última Diva del Cine Mexicano”, se destacó por su impresionante carrera, que abarcó más de seis décadas, en las que participó en más de 30 películas, obras de teatro y telenovelas.
Pinal se convirtió en un símbolo de la época de oro del cine mexicano, protagonizando grandes filmes que marcaron la historia del séptimo arte, tales como “Viridiana” (1961), dirigida por Luis Buñuel, que le dio reconocimiento internacional, y “El ángel exterminador” (1962), otra colaboración con Buñuel que se convirtió en una obra de culto. También participó en clásicos como “La casa de las flores” (1967), “El pecado de una madre” (1968) y “El libro de piedra” (1969), en los cuales consolidó su carrera dentro del cine de terror y el melodrama.
La actriz había estado hospitalizada desde el 22 de noviembre debido a complicaciones de salud, inicialmente por una infección urinaria y broncoaspiración. A pesar de los esfuerzos médicos, su condición se fue deteriorando, y su fallecimiento ha tomado por sorpresa a sus seguidores y seres queridos.
Además de su trabajo en el cine, Silvia Pinal tuvo una exitosa carrera en teatro y televisión, siendo una de las primeras mujeres en incursionar en el cine de autor y en protagonizar papeles que desafiaban los convencionalismos de su tiempo.
A lo largo de su vida, Silvia Pinal también fue madre y abuela, dejando una familia que, al igual que sus seguidores, lamenta profundamente su partida.
Su legado perdurará en la memoria colectiva, siendo recordada como una de las máximas exponentes de la cultura cinematográfica mexicana.